“Masego” es solo su segundo álbum después de la tranquila tormenta de Lady Lady de 2018, una serie de EPs que se remontan a 2015, y la canción francamente fenomenal, Tadow, que escribió su nombre en el mundo. Pero la historia que cuenta este álbum, literalmente, en viñetas que reflejan los contornos de su vida en todos los tonos de su vasta paleta musical, abarca un largo viaje en busca de algo más alto.

"Black Anime", dice, comenzando en el track 1, "fue una combinación de un sueño que tuve cuando tenía quizás 18 años y un sueño que tuve en 2020. Cuando decides ser artista, estás tratando de crear lo que crees que falta. En 2020, cuando comencé a escribir esa canción, quería volver a esa visión inicial que tuve cuando era más joven: ‘Quiero construir mi propio mundo’”.

Así comienza un meticuloso acto de reconstrucción en escenas vívidas, desde los días de música callejera de Sax 5th Avenue hasta la prisa de ese primer contrato y el gran éxito global (¿mencionamos esos mil millones de transmisiones?) de Masego. Banda de marcha. “Es solo una necesidad de terapia disfrazada de bravuconería”, bromea. “Pero me encanta una buena canción jactanciosa”.

El meollo del asunto, por supuesto, es el amor, en toda su brillantez y luego en su extraña gloria que se desvanece. Afraid of Water, Down In The Dumps, You Play With My Heart y una astuta versión de Lost de Frank Ocean son solo el comienzo de otra historia que primero parece encajar en algún lugar dentro del arco más grande de la ambición, antes de enredarse irremediablemente con él.

Para aquellos que llegaron tarde, quizás sea necesario explicar aquí partes de la historia de fondo de Masego. La madre cantautora que dirigía el coro de la iglesia en Virginia, y el padre jamaicano cuyas raíces volvió sobre sus raíces en el EP Studying Abroad de 2020. La obsesión adolescente por el hip-hop, los estudios universitarios de jazz, el nacimiento de su género a medida, TrapHouseJazz, diseñado para digerir todo esto y más; la genialidad narrativa de Outkast, Duele; Djavan, el embriagador misterio brasileño del Trio Mocoto y Joao Gilberto...

Con Masego, toda esa inspiración acumulada se ha convertido simplemente en la atmósfera que respira; el paisaje para buscar un autoconocimiento y un propósito más profundos a través de la música. Con el aporte de un elenco cada vez mayor de colaboradores, se encuentra en un estado de evolución cargada.

“En el pasado, ha sido, '¡Hola mundo, tengo talento! ¡Mirar! ¡Estoy girando platos!'”, dice. “Pero ahora se ha convertido en, “Visítame en el lugar al que realmente puedes pertenecer. Aprende de mí. Comparte conmigo." Sigo liderando e innovando con instrumentos y haciendo todas las cosas, pero realmente estoy preparando el escenario para permitir que mis amigos brillen”.

En cuanto a la producción, “cuando se trata de encontrar lo que considero los niños extraños, esos atípicos, esas personas que creo que son como sabios, tienes que ir a donde están. [Kelvin] Wootan es el oro, el pegamento y la guía que hizo el álbum conmigo y está en Huntsville, Alabama. Su estudio se instaló como una fábrica de Black Willy Wonka...

“Luego está el rey de la estructura artística. El arquitecto. Louie Lastic, también tuve que ir donde él estaba. A pesar de que no disfruto conduciendo a su isla privada tipo Rubén.

“Es difícil encontrar gemas ocultas, pero es gratificante cuando lo haces”, dice Masego, “Es refrescante cuando piensas que alguien es algo y supera tus expectativas. Realmente hacen música que es hermosa y pura mientras existen en una industria que es… no lo que uno se imagina que es”.

Ah, sí, la industria. Es la realidad desafiante, en la mitad posterior del álbum, lo que alimenta la desilusión y la resolución final de nuestro héroe. A medida que cuestiona a los creadores de tendencias (Who Cares Anyway), así como al juego de las citas y sus propios ideales románticos, a menudo fantasiosos (Bye Bye My Love, 2 Sides, You Never Visit Me), cierra el círculo hacia ese mundo infantil de su propia creación: la sencillez nostálgica de Remembering Sundays y Eternal Sunshine (Firepit).

“Al final me doy cuenta de que la industria de la música es el negocio de las relaciones”, dice. Después de encontrar su tribu, todos pueden maniobrar y llevar su arte a la gente. Es raro que te escuchen cuando el arte es tan accesible, así que lo considero un privilegio y una bendición”.

“Me di cuenta de que puedo ir a cualquier parte del mundo y encontrar a alguien que haya escuchado y musicalizado la película de su vida con mi música. Esto de la música pasó de ser un hobby a un trabajo. Esa [última] canción dice: "Elijo aprender el juego en el que estoy y descubrir cómo hacer que mi amistad gane, mantener tu alma y representar algo para otros que aspiran a ser escuchados".

Entonces, ¿cómo se ve el nuevo mundo del diseño propio de Masego desde aquí? Bueno, en silencio ha construido un estudio de animación, estrenando algunas de estas imágenes en su actuación en Coachella. Ha compartido muchas de sus nuevas estéticas en sus páginas de redes sociales y ha elogiado los proyectos innovadores en los que Remarkable places ha trabajado a nivel mundial.

Y a los rumores de que se está alejando silenciosamente de la música, él responde con esto. "Aquí está la cosa. Hago música todos los días de mi vida. No voy a dejar de hacer eso. Así es como respiro. Eso es lo que soy, pero no tengo prisa por sacar arte solo porque sí. Me encanta contar historias y me quedan muchos años de historias para contar y compartir.